Quevedo

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PULSA SOBRE LA IMAGEN (GLOG)

lunes, 26 de agosto de 2013

Lánguido ocaso del verano

El lánguido ocaso del verano nos envenena un agosto más. Dejamos de lado las tardes somnolientas con una buena lectura. Este estío han sido muchas las páginas que han enganchado el interés de este pobre lector: Ayer no más, Años lentos, Rabos de lagartija, Las leyes de la frontera, Intemperie... En algún caso, hemos descubierto alguna bien orquestada, sibilinamente ofertada, propuesta de mercadotecnica, con el caso de la sobredimensionada Intemperie: una obra bien escrita, a ratos, pero fatalmente infeccionada de un empeño de resultar truculenta con imágenes artificiales y a ratos forzadas, con un estilo también que busca mi camino. Prefiero, mejor, a Trapiello y su profesor universitario que lleva la verdad por delante, aunque suponga el atropello desquiciado de todo aquel que en algún momento sostuvo un hilo de su desiquilibrada vida. Lo prefiero, porque va de frente: una obra que ameniza, que entretiene, que se sostiene pese a algún personaje rayante en el histrionimos, porque al fin y al cabo muestra sus cartas como escritor solvente para todos. En fin, me quedo con Las lágrimas de san Lorenzo de Llamazares y su absorbente sabor de melancolía que envuelvea la efímera permanencia de las cosas. Feliz fin de verano.

viernes, 22 de marzo de 2013

No fue siempre así

Barre las palabras hasta que se las coma el viento. En la metamorfosis de cada deseo que se pierde arranca un grito hacia el futuro. Bebe del viento, de la ráfaga que muerde el pelo. Contén la rabia en el grito de silencio. Vive en el camino del duelo.

miércoles, 16 de enero de 2013

Sin miedo...

Peur du noir, una curiosa película de animación francesa, nos hace plantearnos qué es realmente el miedo. Podemos tener miedo a la rutina, cuando se convierte en una rutina imposible de imposiciones, denuestos sugeridos, tristezas compartidas. Puede ser el miedo esa ansia de que haya un cambio cuando nada más que la tradición anquilosada obtiene su podio en el abismo. Puede ser miedo de la sombra, miedo del otro, miedo del futuro, miedo de tener esperanza, miedo de que no haya esperanza, miedo del miedo o de la ausencia del mismo. Pero siempre es el sentimiento de que nada es nuevo, todo se repite, para pena de nuestras pupilas. Esto es: el miedo de que sigamos como estamos, para siempre.