Castigarmientendimiento: verso satírico de Francisco de Quevedo. Bienvenidos a Castigarmientendimiento, un lugar para que la razón no sufra (si es que esto se ha mal entendido), sino que se flexibilice (si es posible). Se ofrecerá con ello alguna reflexión sobre el arte de escribir, la condición contradictoria del escribiente y la labor imprescindible y crítica del lector. Se suman materiales complementarios para escolares.
miércoles, 26 de octubre de 2011
Anticuerpos
Dotémonos de anticuerpos que nos liberen del sopor. Un texto que algunos, muchos o no, han conseguido que permanezca como clásico se debe a varias deudas: la deuda con la cultura que lo ha encumbrado, la deuda de lo que se espera que se diga con respecto a lo que representa en una estética o contexto del autor, la deuda del tiempo que lo mantiene como canónico. A eso quizás conviene sumar explícitamente la diferencia entre la lectura como cultura, conocimiento o enriquecimiento personal de la que puede ser mero placer o recreo pasajero. Digo esto porque cuando se cacarea que el sistema educativo sea divertido y motivador se confunden estas palabras con una especie de campaña en la que se funde un circo interactivo, en el que haciendo malabarismo con cristales de colores se enseñe cómo se hace una raíz cuadrada. Que dos por dos sean cuatro, querido mundo, no es más que algo que se aprende porque es factible y constructivo. A lo mejor es que hay que enseñarlo mostrando dos elefantes a la pata coja junto a otras cabras juerguistas. Si es así, pues perdonen, que en mi estulticia a tanto no llego. Prefiero que por una parte esté el trabajo y el esfuerzo como valores, y por otro la diversión. La coaligación indiscriminada de ambos solamente conduce a un jolgorio que traerá consigo una terrible resaca. Al tiempo.