Quevedo

Quevedo
PULSA SOBRE LA IMAGEN (GLOG)

martes, 6 de septiembre de 2011

Lecturas del tiempo perdido

Dejo las líneas de un texto muy propio para época vacacional, que en alguna parte he visto catalogada como “picaresco” o novela de aprendizaje (no osaron usar bildungsroman, menos mal). Me refiero a Botchan, de Soseki. Será deformación profesional, será un sentimiento difuso de que forma parte de la condición de profesor recibir palos por doquier mientras todo el mundo cree que eres un privilegiado, será que en el fondo nos gusta leer algo que nos escandaliza porque pudiera ser, o porque no es y no nos ha pasado. El buen protagonista tiene el mérito de la supervivencia; tiene además la gracia de nacer en una novela donde uno no tiene que dejarse la mitad de la neurona que le queda para entender algo. Se añade como añadidura la estampa de un Japón de provincias anquilosado que repite los esquemas de miles de sitios más de este nuestro pequeño y viciado mundo. Y el regusto final de la venganza… Lo que me ha gustado. Porque hoy quería hablar de ello, del placer de una buena degustación, y no de narradores homodiegéticos, ni narración lineal, ni prolepsis ni nada por el estilo. Nota a pie: El personaje de la criada, singular y tierno, lo dejo en un rincón de mis pasajes preferidos. Y ahora que estoy releyendo a Bolaño cualquier día os cuento también algo de este genio todavía no suficientemente reconocido. Me da por ahí. Con vuestro permiso (hablo demasiado conmigo mismo, debo corregirme).