Castigarmientendimiento: verso satírico de Francisco de Quevedo. Bienvenidos a Castigarmientendimiento, un lugar para que la razón no sufra (si es que esto se ha mal entendido), sino que se flexibilice (si es posible). Se ofrecerá con ello alguna reflexión sobre el arte de escribir, la condición contradictoria del escribiente y la labor imprescindible y crítica del lector. Se suman materiales complementarios para escolares.
jueves, 24 de febrero de 2011
Sin voz...
Sin voz quedamos sin aliento. Ahogamos en el día a día inútil. Nos volvemos resentidos por las cadenas que nos aplastan. Detestamos las imposiciones que nos laceran. Caemos en un desquiciamiento depresivo ante un mundo sin sentido. Sin voz se ponzoñan las palabras gangrenando la esperanza de ver un nuevo día. Sin voz las palabras son vacías cajas de desamparo. Si nos quitan la voz, la dignidad se rebaja hasta el desconsuelo. Que jamás os quiten la voz. Por vosotros: Túnez, Egipto, Libia..., y los que quedáis por venir.
viernes, 18 de febrero de 2011
Nuestro Santo Grial
José de Arimatea, oculto en el pozo, contempla su Santo Grial. Vive del aliento que este le proporciona, saboreando deseos de inmortalidad. La custodia del cáliz de Cristo se convierte al fin en un acto de egoísmo narcisista, retocado con un fetichismo peligroso. Su Grial construye el culto al recuerdo, como el Asiento Peligroso, como la imagen del Mesías perdido. El Grial, el deseo de la inmortalidad y de la luz imperecedera. El Grial con el que sueñan Galahad, Perceval y tantos otros. El Grial que algunos buscan en un trabajo seguro, en una vivienda digna, en una esperanza de bienestar y vejez tranquila, en un entorno de respeto, en un billete en el bolsillo. El Grial que puede (debe) estar en las pequeñas (grandes) cosas. Como vosotras, Rosa y Ariadna. Mi Grial.
miércoles, 16 de febrero de 2011
Sobre LA VOZ A TI DEBIDA de Pedro Salinas
Para los lectores libres, seguidores fieles, o amigos forzosos de La voz a ti debida...
Si en palabras se puede expresar un sentimiento, probablemente con Salinas estemos muy cerca. Admiro las resonancias becquerianas de "Tú vives siempre en tus actos./ Con la punta de tus dedos/ pulsas el mundo, le arrancas/auroras, triunfas, colores (...)/". Los ojos se convierten en guía, en luz que abarca y acompaña dando al fin sentido a lo que se hace. Petrarca, dice la crítica, se esconde entre esos versos. Es la entrega máxima del amor, cuando "por encontrarte, dejar/de vivir en ti, y en mí/y en los otros". Todos en ELLA, todo tiene sentido cuando se la busca, incluso en el sufrimiento, incluso en la pérdida y el fracaso. Por ella "lo deja todo", obviando lo prosaico y cotidiano por un encuentro superior, en un misticismo carnal (perdonad la paradoja). En el reparo y la desconfianza ("Miedo. De ti. Quererte/es el más alto riesgo"). Donde el nombre como mera palabra se desvanace, donde los pronombres son la perfección. Volveré sobre ello más adelante. Merece la pena.
Si en palabras se puede expresar un sentimiento, probablemente con Salinas estemos muy cerca. Admiro las resonancias becquerianas de "Tú vives siempre en tus actos./ Con la punta de tus dedos/ pulsas el mundo, le arrancas/auroras, triunfas, colores (...)/". Los ojos se convierten en guía, en luz que abarca y acompaña dando al fin sentido a lo que se hace. Petrarca, dice la crítica, se esconde entre esos versos. Es la entrega máxima del amor, cuando "por encontrarte, dejar/de vivir en ti, y en mí/y en los otros". Todos en ELLA, todo tiene sentido cuando se la busca, incluso en el sufrimiento, incluso en la pérdida y el fracaso. Por ella "lo deja todo", obviando lo prosaico y cotidiano por un encuentro superior, en un misticismo carnal (perdonad la paradoja). En el reparo y la desconfianza ("Miedo. De ti. Quererte/es el más alto riesgo"). Donde el nombre como mera palabra se desvanace, donde los pronombres son la perfección. Volveré sobre ello más adelante. Merece la pena.
Reflexión sobre lo que no es la ortografía
La ortografía no es un castigo divino que como plaga centenaria cae sobre los alumnos. No es un sinsentido de marcas gráficas, ni de normas mecánicas y cansinas embuidas en retahílas de cotranormas (con leer un poco todos los días nos libraríamos de su eterna consulta), ni de letanías de decenas de procedimientos y exclusiones, ni de lucimiento de unos pocos como Juan Ramón o García Márquez que se pueden permitir el lujo de burlarse de ellas (nos moleste o no, no puede escribir cualquiera Diario de un poeta recién casado)
Puede que sí sea una cuestión de educada prosodia, de necesaria cadencia, de idónea herramienta para distinguir vocablos terriblemente parecidos (la homonimia nos da testimonio), de pulimiento del idioma (no soy accionista de la RAE). Os pongo por testigos que no sujeto ningún estandarte conservador y mucho menos proteccionista; sí hay que erradicar algunos sinsentidos (por mí, el futuro de subjuntivo puede morir). Pero de ahí, a la dejadez y la ininteligibilidad absoluta, en la que todos en un ejercicio absurdo de involucionismo usamos un lenguaje descalabrado, hay un gran paso.
Puede que sí sea una cuestión de educada prosodia, de necesaria cadencia, de idónea herramienta para distinguir vocablos terriblemente parecidos (la homonimia nos da testimonio), de pulimiento del idioma (no soy accionista de la RAE). Os pongo por testigos que no sujeto ningún estandarte conservador y mucho menos proteccionista; sí hay que erradicar algunos sinsentidos (por mí, el futuro de subjuntivo puede morir). Pero de ahí, a la dejadez y la ininteligibilidad absoluta, en la que todos en un ejercicio absurdo de involucionismo usamos un lenguaje descalabrado, hay un gran paso.
jueves, 10 de febrero de 2011
Lección Inaugural del curso académico 2004-5 de la Facultad de Humanidades de la Universidad Pablo Olavide de Sevilla.
5 de noviembre de 2004
El asunto entonces es preguntarnos qué esperamos de la literatura. Ese gran papel que ejerció en la sociedad del XIX, ¿podemos esperarlo hoy?
¿Hacer ver lo que está intencionadamente escondido no es un papel caduco? ¿No acabó con Sartre y el arte comprometido? Bien, la concesión del último Premio Nobel de Literatura a la austriaca Elfried Jelinek evidencia hasta qué punto el escritor puede hoy perturbar la conciencia dormida de una sociedad nombrando sus heridas.
¿Y todo esto sirve también para la poesía? ¿También la poesía, eso que apenas ocupa estantes en las librerías, forma pareja con la sociedad? Pues veamos que también.
Hace pocos días he asistido a una lectura de poesía saharaui. Era poesía de exiliados que nombraba el sentir del individuo alejado de su tierra y era, en consecuencia poesía de un pueblo en el exilio. Los ministros de la República Saharaui que, desde los campamentos en el desierto luchan por su independencia, sin amparo de Instituto Cervantes alguno, con nuestra misma lengua, mandaban mensajes de gratitud a los poetas. Estaban dándole visibilidad a un pueblo abandonado en el pedregal del desierto, les decían. Los poetas estaban ahí dando la cara a esas palabras que hablaban de todas las caras del amor, incluido el religioso, y de todas las caras de la muerte, incluida la soledad. Y en ese acto de pública lectura, incluso el poema dedicado a un grano de arena, adquiría esa doble dimensión íntima y social que la obra de arte conlleva.
Aunque no cotice en bolsa, es evidente que para algo debe servir la poesía, me decía yo. Estos políticos saharauis cuentan con ella. Los dictadores cuando llegan al poder suelen atacar a los poetas.
© María Ángeles Maeso 2004
Espéculo. Revista de estudios literarios. Universidad Complutense de Madrid
5 de noviembre de 2004
El asunto entonces es preguntarnos qué esperamos de la literatura. Ese gran papel que ejerció en la sociedad del XIX, ¿podemos esperarlo hoy?
¿Hacer ver lo que está intencionadamente escondido no es un papel caduco? ¿No acabó con Sartre y el arte comprometido? Bien, la concesión del último Premio Nobel de Literatura a la austriaca Elfried Jelinek evidencia hasta qué punto el escritor puede hoy perturbar la conciencia dormida de una sociedad nombrando sus heridas.
¿Y todo esto sirve también para la poesía? ¿También la poesía, eso que apenas ocupa estantes en las librerías, forma pareja con la sociedad? Pues veamos que también.
Hace pocos días he asistido a una lectura de poesía saharaui. Era poesía de exiliados que nombraba el sentir del individuo alejado de su tierra y era, en consecuencia poesía de un pueblo en el exilio. Los ministros de la República Saharaui que, desde los campamentos en el desierto luchan por su independencia, sin amparo de Instituto Cervantes alguno, con nuestra misma lengua, mandaban mensajes de gratitud a los poetas. Estaban dándole visibilidad a un pueblo abandonado en el pedregal del desierto, les decían. Los poetas estaban ahí dando la cara a esas palabras que hablaban de todas las caras del amor, incluido el religioso, y de todas las caras de la muerte, incluida la soledad. Y en ese acto de pública lectura, incluso el poema dedicado a un grano de arena, adquiría esa doble dimensión íntima y social que la obra de arte conlleva.
Aunque no cotice en bolsa, es evidente que para algo debe servir la poesía, me decía yo. Estos políticos saharauis cuentan con ella. Los dictadores cuando llegan al poder suelen atacar a los poetas.
© María Ángeles Maeso 2004
Espéculo. Revista de estudios literarios. Universidad Complutense de Madrid
Walter Benjamin
La masa es una matriz de la que actualmente surte, como vuelto a nacer, todo comportamiento consabido frente á las obras artísticas. La cantidad se ha convertido en calidad: el crecimiento masivo del número de participantes ha modificado la índole de su participación. Que el observador no se llame a engaño porque dicha participación aparezca por de pronto bajo una forma desacreditada. No han faltado los que, guiados por su pasión, se han atenido precisamente a este lado superficial del asunto. Duhamel es entre ellos el que se ha expresado de modo más radical. Lo que agradece al cine es esa participación peculiar que despierta en las masas. Le llama «pasatiempo para parias, disipación para ¡letrados, para criaturas miserables aturdidas por sus trajines y sus preocupaciones..., un espectáculo que no reclama esfuerzo alguno, que no supone continuidad en las ideas, que no plantea ninguna pregunta que no aborda con seriedad ningún problema, que no enciende ninguna pasión, que no alumbra ninguna luz en el fondo de los corazones, que no excita ninguna otra esperanza a no ser la esperanza ridícula de convertirse un día en «star» en Los Angeles».
LA OBRA DE ARTE EN LA ÉPOCA DE LA REPRODUCTIBILIDAD TÉCNICA
LA OBRA DE ARTE EN LA ÉPOCA DE LA REPRODUCTIBILIDAD TÉCNICA
Para tener un cine de autor se requiere un universo social, pequeñas salas y cinematecas que proyecten los clásicos y frecuentadas por los estudiantes, cineclubes animados por profesores de filosofía, cinéfilos formados en la frecuentación de dichas salas, críticos sagaces que escriban en los Cahiers du cinéma, cineastas que hayan aprendido su oficio viendo películas de las cuales pudieran hablar en estos Cahiers; en pocas palabras, todo un medio social en el cual determinado cine tiene valor, es reconocido.Son estos universos sociales los que hoy están amenazados por la irrupción del cine comercial y la dominación de los grandes difusores, con los cuales deben contar los productores, exc epto cuando ellos mismos son difusores: resultado de una larga evolución, hoy han entrado en un proceso de involución. En ellos se produce un retroceso: de la obra al producto, del autor al ingeniero o al técnico que utiliza recursos técnicos, los famosos efectos especiales, y estrellas, ambos sumamente costosos, para manipular o satisfacer las pulsiones primarias del espectador (a menudo anticipadas gracias a las investigaciones de otros técnicos, los especialistas en marketing).Reintroducir el reino de lo comercial en universos que se han constituido, poco a poco, contra él, es poner en peligro las obras más nobles de la humanidad, el arte, la literatura e incluso la ciencia.No creo que alguien pueda querer esto realmente. Recuerdo la célebre fórmula platónica: Nadie es malvado voluntariamente. Pierre Bourdieu.
Ante las figuras de cera todos hemos sentido una peculiar desazón. Proviene esta del equivoco urgente que en ellas habita y nos impide adoptar en su presencia una actitud clara y estable. Cuando la sentimos como seres vivos nos burlan descubriendo su cadavérico secreto de muñeco, y si la vemos como ficciones parecen palpitar irritadas. No hay manera de reducirlas a meros objetos.
LA DESHUMANIZACIÓN DEL ARTE, ORTEGA Y GASSET
LA DESHUMANIZACIÓN DEL ARTE, ORTEGA Y GASSET
La Morena que yo adoro
Y más que a mi vida quiero,
En Verano toma el acero
Y en todos tiempos el oro.
Opilóse, en conclusión,
Y levantóse a tomar
Acero para gastar
Mi hacienda y su opilación.
La cuesta de mi bolsón
Sube, y nunca menos cuesta;
Mala enfermedad es ésta,
Si la ingrata que yo adoro
Y más que mi vida quiero,
En verano toma el acero
Y en todos tiempos el oro.
Anda por sanarse a sí,
Y anda por dejarme en cueros;
Toma acero, y muestra aceros
De no dejar blanca en mí.
Mi bolsa peligra aquí,
Ya en la postrer boqueada;
La suya nunca cerrada
Para chupar el tesoro
De mi florido dinero,
Tomando en verano acero
Y en todos tiempos el oro.
Es niña que por tomar
Madruga antes que amanezca,
Porque en mi bolsa anochezca;
Que andar tras esto es su andar.
De beber se fue a opilar;
Chupando se desopila,
Mi dinero despabila.
El que la dora es Medoro;
El que no, pellejo y cuero:
En verano toma el acero
Y en todos tiempos el oro.
QUEVEDO
Y más que a mi vida quiero,
En Verano toma el acero
Y en todos tiempos el oro.
Opilóse, en conclusión,
Y levantóse a tomar
Acero para gastar
Mi hacienda y su opilación.
La cuesta de mi bolsón
Sube, y nunca menos cuesta;
Mala enfermedad es ésta,
Si la ingrata que yo adoro
Y más que mi vida quiero,
En verano toma el acero
Y en todos tiempos el oro.
Anda por sanarse a sí,
Y anda por dejarme en cueros;
Toma acero, y muestra aceros
De no dejar blanca en mí.
Mi bolsa peligra aquí,
Ya en la postrer boqueada;
La suya nunca cerrada
Para chupar el tesoro
De mi florido dinero,
Tomando en verano acero
Y en todos tiempos el oro.
Es niña que por tomar
Madruga antes que amanezca,
Porque en mi bolsa anochezca;
Que andar tras esto es su andar.
De beber se fue a opilar;
Chupando se desopila,
Mi dinero despabila.
El que la dora es Medoro;
El que no, pellejo y cuero:
En verano toma el acero
Y en todos tiempos el oro.
QUEVEDO
Tras vos un Alquimista va corriendo,
Dafne, que llaman Sol ¿y vos, tan cruda?
Vos os volvéis murciégalo sin duda,
Pues vais del Sol y de la luz huyendo.
ȃl os quiere gozar a lo que entiendo
Si os coge en esta selva tosca y ruda,
Su aljaba suena, está su bolsa muda,
El perro, pues no ladra, está muriendo.
»Buhonero de signos y Planetas,
Viene haciendo ademanes y figuras
Cargado de bochornos y Cometas.»
Esto la dije, y en cortezas duras
De Laurel se ingirió contra sus tretas,
Y en escabeche el Sol se quedó a oscuras.
QUEVEDO
Dafne, que llaman Sol ¿y vos, tan cruda?
Vos os volvéis murciégalo sin duda,
Pues vais del Sol y de la luz huyendo.
ȃl os quiere gozar a lo que entiendo
Si os coge en esta selva tosca y ruda,
Su aljaba suena, está su bolsa muda,
El perro, pues no ladra, está muriendo.
»Buhonero de signos y Planetas,
Viene haciendo ademanes y figuras
Cargado de bochornos y Cometas.»
Esto la dije, y en cortezas duras
De Laurel se ingirió contra sus tretas,
Y en escabeche el Sol se quedó a oscuras.
QUEVEDO
Castigarmientendimiento: verso satírico de don Francisco de Quevedo
Bienvenidos a Castigarmientendimiento, un lugar para que la razón no sufra (si es que esto se ha mal entendido), sino que se flexibilice (si es posible).
Se ofrecerá con ello alguna reflexión sobre el arte de escribir, la condición contradictoria del escribiente y la labor imprescindible y crítica del lector.
Se ofrecerá con ello alguna reflexión sobre el arte de escribir, la condición contradictoria del escribiente y la labor imprescindible y crítica del lector.
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